
Bodegas de los Herederos del Marqués de Riscal presentó en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y Biosistemas de Madrid los resultados de su trabajo a través de la ponencia



Francisco Hurtado de Amézaga fue el encargado de exponer cómo Marqués de Riscal inició su política de reinjertos en el año 1995, con los viñedos que la bodega tiene en la Denominación de Origen Rueda. El éxito de aquella primera intervención les impulsó en el año 1998 a aplicar esta técnica en los viñedos de la D.O.Ca. Rioja, aunque realmente fue en el año 2017 cuando la empresa decidió apostar definitivamente por este sistema. Desde entonces, ha reinjertado 180 hectáreas de viñedo, con grandes resultados.

La idea de reinjertar surgió tras observar que el viñedo plantado en torno a la década de los 70, no estaba dando los mismos resultados que el viñedo más viejo, plantado con anterioridad. Ante esta situación, explica Hurtado de Amézaga, “se podía optar por arrancar el viñedo o bien reinjertarlo, algo que en aquel momento no estaba bien visto”. Finalmente se decidió apostar por el reinjerto con madera de aquellos viñedos más antiguos que estaban dando muy buenos resultados. Una de las grandes ventajas de este sistema frente al arranque es que la vid cuenta ya con un sistema radicular de mayor edad, a la que se suma la calidad de la planta que se está reinjertando. Así, han logrado, en un corto espacio de tiempo, obtener vinos de calidad similar a los de sus viñas más viejas. “Podemos dar el trabajo por terminado porque el éxito en términos de calidad es rotundo”, afirma el director general de Marqués de Riscal.


De esta forma, no solo se prolonga la vida de los viñedos, sino que se incrementa su valor. Como comentaba el Master of Wine Pedro Ballesteros, “la viña vieja es inteligencia a disposición del ser humano” y señalaba: “debería estar prohibido arrancar viña vieja, pues la viña tiene vocación de eternidad, es paisaje”.